Un ensoñador viaje por las cálidas tierras del Sur: esto no sale en ninguna compilación de Putumayo Records, mucho menos en la National Geographic. Más bien, sus coordenadas están donde se cruzan la rememoración y la fantasía; donde la indolencia y la sensualidad se combinan con un poco de exotismo, porque se trata de un juego y porque sin condimentos la vida no sabe a nada.
Una escena idílica, que se me antoja nocturna: la luna brilla en el cielo, zurcamos en una pequeña balsa las apacibles aguas de un río. Alguien nos ofrece una serenata, mientras bebemos un coctel flúorescente con pajilla. De repente, de entre los matorrales salen trompetas y coristas, que cantan unas notas y luego se esconden de nuevo, para más tarde volver a aparecer. ¡Qué dulce abandono, cuando la mente se aligera y hasta comienza a mecerse suavemente de un lado a otro, mientras contamos, una a una, las estrellas!
¿Qué importa si, al final, resulta que los decorados eran de cartón, el agua estaba pintada sobre unas láminas de madeflex, y nuestro bote tiene un par de pesadas ruedas para desplazarse por el escenario? Dale play una vez más, y déjate llevar por la suave cadencia del Cha-cha-chá, mon amour.
-Iris
(Para escuchar el playlist de Iris, pica aquí: Cha-cha-chá, mon amour. Si no tienes Spotify, podrás encontrarlo en este vínculo -no disponible en todos los países-.)
Lladró, firma valenciana responsable de figuras en porcelana que se han convertido en verdaderos íconos del siglo XX, quiso, en 2009, unificar los escaparates de todas sus tiendas a nivel nacional. Para ello, convocó varios estudios españoles, entre los cuales estuvo Wanda Barcelona. Nuestra intervención, una escenografía teatral para los pequeños personajes de porcelana, llamó la atención de la prensa y el público en general, y aún es recordada por muchos como una manera discreta y elegante de darle una aspecto actual a la tradicional marca.
En reconocimiento a este acierto, hemos sido escogidos como uno de los estudios con los que lanzan su iniciativa de unificar los escaparates, no ya de todo España, sino de todo el mundo.
Esta vez quisimos algo vivo, orgánico; que tuviera volumen, y se proyectara sobre 3 ejes espaciales. Tomamos la Metamorfósis, del artista alemán M. C. Escher, y la convertimos en un instalación de Origami. Los animales y plantas, que parecen suspendidos en el aire, se desplazan por la tienda, como un escuadrón biológico artificial y estilizado. Mantuvimos la bi-tonalidad del original, pero en Rojo Pasión, para causar mayor impacto y llamar la atención de los transeúntes. ¿Quién podría resisitirse a estas formas?
Las cifras Para poder suplir todas las tiendas Lladró del mundo, fue necesario comenzar a trabajar desde octubre del año pasado (los escaparates se instalaron en marzo), y ampliar nuestra fuerza de trabajo: ¡Origami a saco durante casi 6 meses! Hicimos un total de 14,400 figuras de papel doblado, ya os podréis imaginar lo que fue eso.
Nuestros escaparates pueden verse en tiendas de todos los siguientes países:
Mi nombre es Chispa, Chispa Chincheta, soy pequeño, pero la peña me respeta. Vivo en Wanda, hago lo que quiero: más que nada, lamerme los huevos.
Voy muy ancho por las calles a lomos de mis padres, Scot o Daniel: tenlo claro, no te confundas, para un discapacitado la cosa es dura.
Digan lo que digan soy el rey de este lugar y si no me gustas, te voy a ladrar, pues no me va la gente que se niega a perrear por más que sea Fulano de Tal.
Coro ¡Guau, guau! ¡Guau, guau-guau!
No sé si mencioné que me falta una pata y que no soy mucho más grande que una rata, mi belleza está en el interior, soy un perro fino, uso Christian Dior
Durante la última etapa de su vida, Claude Monet pintó incontables veces los nenúfares del lago de su jardín, a veces apenas unas manchas de color sobre el lienzo. Por su distanciamiento, progresivo aunque nunca total, de la figuración, el Museo de Arte Thyssen-Bornemisza, en Madrid, inaugura la exposición Monet y la abstracción, en la que las pinturas del artista francés estarán colgadas junto a las de Pollock, de Kooning, Rothko y otros.
Para poner a la venta en su tienda-librería durante la exposición, el Museo nos ha encargado la elaboración de una lámpara cuyo diseño evocara algún aspecto del arte de Monet. Nuestro Loto recuerda uno de los motivos más recurrentes de su extensa producción.
La lámpara
La flor, hecha a mano en papel vegetal, proviene del Origami chino (menos popular que el japonés), y es una pieza modular compuesta por 22 pequeñas figuras que, al unirse, conforman el loto. La base está hecha en madera Flormorado cultivada en Colombia, así que no promueve la tala de bosques y selvas naturales. La luz es emitida por un pastilla de LEDS, que proporciona gran seguridad (no se calienta), economía y ecología: puede permanecer encendida por 7 años sin necesidad de recambio, y apenas consume electricidad.
Estará e la venta en la tienda-librería del Museo de Arte Thyssen-Bornemisza, en Madrid, donde podrás encontrarla en 5 colores diferentes, tomados directamente de la paleta de Monet: Verde criptonita, Turquesa Alice, Azul Klein, Rojo pasión y Rosa lánguido.
A mi lo que me va es el buen rollo: cuando trabajo, quiero escuchar cosas que me hagan sentir bien, alegre y tranquilo. La música de los ’60 tiene mucho de eso, y un carácter un poco ingenuo que me pone de buen humor al instante. Es algo a lo que nadie puede resistirse, una onda expansiva y contagiosa que pasa por encima de las barreras del buen y mal gusto, lo novedoso y anticuado, lo hortera o guay… te hace reir, te hace bailar y cantar, se te mete dentro y libera endorfinas en grandes cantidades. Ya sea el grito libertario de Bob Dylan, la poesía penumbrosa de Leonard Cohen o las evocadoras melodías de Love, las canciones de esta década están todas imbuidas de un aire dulce y misterioso.
Y no porque todo fuera paz, amor y armonía; muy por el contrario, muchas de estas canciones son el reflejo de la tensión social producida por un momento coyuntural en la cultura del siglo pasado. Ahí está Ottis Redding, detrás de cuya voz desgarrada se adivinan todas las asperezas de una lucha racial que empezaba a tomarse las calles (por no hablar del otro tema de la canción, una revisión del rol masculino en una relación afectiva…).
Pero lo que espoleaba todas estas luchas y revisiones era la esperanza de construir un mundo mejor y más habitable. Una esperanza que, como propósito colectivo de toda una década, no ha vuelto a repetirse hasta la fecha.
Así que cuando tengo trabajo de sol a sol y los clientes se ponen imposibles (¡o simplemente me harto de todo el petardeo de Inti!), convierto el estudio en un oasis de Sha-la-la’s, Doo-doo-wah’s y demás bálsamos adormecedores para mentes agitadas.
-Dani
(Para escuchar el playlist de Dani, haz click en el siguiente vínculo: Groovy Times! Deberás tener una cuenta de Spotify.)
Cuando ideamos a Santa felina del Rossío, la Virgen-gato que iría engastada en la fachada del hotel Gat Rooms de Liboa, jamás imaginamos el revuelo que esa pequeña e inofensiva estatua iba a causar. Como lo hemos reiterado en varias ocasiones, nuestra intención jamás fue la de ofender a nadie; ¡ni más faltaba! Aunque, ya que el tema está planteado, no sobra decir que ninguna obra de arte o diseño del bueno, el que trasciende e impacta, es aceptada y aplaudida por el público mayoritario, de manera unánime y sin causar ningún revuelo. Eso puede suceder con una vulgar mercancía, una idea política totalitaria o una postura religiosa extremista, pero jamás con el arte.
Y sin embargo, esperaríamos que en pleno siglo XXI posmoderno y pluralista, un guiño humorístico como el de nuestra minina sería tomado con buen talante por todo el mundo; a excepción, quizas (y con perdón), de algunas ancianas rezanderas o algún amargado mojigato. Pero resulta que no fue así. Aunque no sepamos 'falar' portugués, y no entendemos ni jota lo que se dice en el siguiente video, resulta claro que la señora mayor no ve que la virgencita tenga ningún gato encerrado, ni se siente ofendida ni mucho menos; en cambio, el joven que aparece después, de cabeza rapada y look moderno, está airadísimo...
Vamos a ver: los responsables de redactar esta petición, y quienes la firmaron, actuaron en nombre de valores tan rimbombantes como el "respeto a la santidad", tachando la imagen de "infeliz, inconstitucional y anticultural". ¡Vaya rosario de improperios! A la censura nunca le han faltado argumentos para atacar la verdadera la libertad artistica que tiene que ser inherente a todo proceso creativo.
Tristemente, estas personas se salieron con la suya, y la dirección del hotel ha decidido retirar la estatua de la vía publica, para exibirla en un lugar más privado, al que tengan acceso sólo aquellos que deseen verla. ¡Buuu...!
Wanda contrataca
Las jóvenes promesas del diseño nunca nos quedamos cruzadas de brazos ante las arremetidas del puritanismo medieval. Por eso hemos puesto a la venta este lindo llavero, acompañado de una oración que cualquiera -pagano vitalista, ateo declarado o católico de espíritu libre- puede elevar a las alturas del paraíso felino:
Santa Felina, Virgen del Rossío: ¡haz que cuando caiga, aterrice siempre de pie!
Tú, que fuiste avistada por un pastor en aquella gruta del Barrio Alto,
¡perdona nuestras ofensas y faltas a la higiene!
Dános hoy nuestro atún de cada día,
y permite que vaguemos libres por oscuras callejuelas,
ajenos a los asuntos de los hombres y sus fieles amigos, los perros.
Háznos astutos y taimados, en esta vida y las 6 restantes,
Girls With Us Partying All Night En el taller siempre me discriminan: cuando llevamos un rato oyendo la música de mi iPod, la peña empieza a intercambiar miradas nerviosas, y a susurrarse cosas a mis espaldas... yo no me doy por enterado, porque sé que muchas veces también canturrean mis canciones de Yuri cuando nadie los mira. Me gusta el desenfado estilístico de mis playlists, donde la sofisticación coquetea con el mal gusto y se convierte en esa elegancia desmesurada y rimbombante con la que todos soñamos en secreto; lo prefiero a la exquisitez de Daniel, talibán del indie más recalcitrante. Aquí tenemos el amor y el despecho, el licor y la fiesta; cosas que son la sustancia misma de la vida. (¿Por qué lo niegas? ¿No fue contigo que me encontré la otra noche, en aquel bar...?)
Esto es petardeo ilustrado, señoras y señores, un recorrido por lo mejor del pop femenino de varias décadas: música de plancha de toda la vida, condimentada con algo de euro-disco, los infaltables 80's, México mágico y musical... ¡Y todos a bailar, que la vida son 2 días!